No hay ninguna ley que prohíba embrutecer a la gente

jueves, 22 de febrero de 2018

La obscuridad y el silencio y el porqué del rayo de luz y el susurro

“El monocultivo más peligroso es el de las mentes. El monocultivo de las mentes trae consecuencias porque se llega al totalitarismo, se llega a querer silenciar a los medios de oposición, los medios de información, los medios periodísticos opositores a este o cualquier otro gobierno; y ahí llegamos a los totalitarismos. De los totalitarismos a las dictaduras hay un solo paso”.

Por Guillermo Giacosa

Guardar Albert Einstein, que no solo de física sabía, afirmaba algo que hoy resulta más evidente que nunca. Decía así este hombre que revolucionó el mundo pues, como nadie, fue capaz de romper paradigmas y supo plantearse supuestos imposibles: “Pocas personas son capaces de expresar con ecuanimidad opiniones que difieren de los prejuicios de su entorno social. La mayoría incluso son incapaces de formarse tales opiniones”.

Podríamos complementar a Einstein con estas afirmaciones de Erich Fromm: “Hoy, los seres humanos se viven mayoritariamente a sí mismos de un modo alienado: se contemplan como si vieran a alguien allí “al otro lado”. “Cuando pensamos en yo en realidad nos vivimos como si se tratara de otra persona y agregaba que “Hoy el ser humano sólo es real si está de algún modo fuera”. Su autoestima depende del juicio de los demás y un agregado de muy dolorosa actualidad: “Quien vive en un sistema de economía de mercado se siente a sí mismo como una mercancía”.

Tanto Einstein como Fromm trazan un relato de la sociedad actual que ellos percibieron cuando la monstruosidad actual se estaba gestando. Me mueve la curiosidad saber si pudieron prever que la alienación sería alimentada orgánica y constantemente por los poderes fácticos pues ella es hoy quien colabora eficazmente en la conservación de un statu quo de pobres cada vez más numerosos y más pobres y de ricos cada vez más ricos y en consecuencia, más indiferentes. En todo caso cada uno vivió su tiempo adelantándose en anunciar lo que vendría.

Hoy en tiempos donde la radiante oscuridad que crean los monopolios mediáticos al servicio de sí mismos y de sus socios, podemos leer las palabras de crítica aguda formuladas por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel quien ha dicho lo siguiente: “El monocultivo más peligroso es el de las mentes. El monocultivo de las mentes trae consecuencias porque se llega al totalitarismo, se llega a querer silenciar a los medios de oposición, los medios de información, los medios periodísticos opositores a este o cualquier otro gobierno; y ahí llegamos a los totalitarismos. De los totalitarismos a las dictaduras hay un solo paso”.

En esa situación están hoy varios países de Latinoamérica. Y lo más curioso es que quienes apoyan esta maldición enfermiza que es difundir un pensamiento único, son llamados democráticos y quienes luchan contra ello han sido víctimas de ataques feroces basados en afirmaciones absurdas y en historias cuya única realidad solo se la otorga la repetición que hacen de ella todos los medios.

La mentira está hoy al rojo vivo. Llamarle mentideros a los medios monopólicos es una verdad más grande, comprobable y real que el aluvión de patrañas inventadas por ellos para evitar que los pueblos comprendan cuales son los peligros que los acechan y puedan distinguir, quienes son sus solidarios compañeros por una sociedad más justa y quienes sólo piensan en amasar nuevas fortunas, hacer más negocios y seguir estimulando la corrupción, que es y ha sido su aliada de todos los tiempos. Que es en suma su esencia.

¿Hace falta todavía dar ejemplos para probarlo? Estoy seguro que no. Sólo de trata de mirar con sus propios ojos el mundo que le rodea y preguntarse ¿Cuál es mi situación en este ajedrez político-económico y qué deberes debería asumir en defensa de mi familia, de mis conciudadanos, de mi patria y de la naturaleza?

"Einstein, Fromm y la premonición de las tinieblas", Por Guillermo Giacosa, Diario UNO, febrero 18 de 2018