No hay ninguna ley que prohíba embrutecer a la gente

Vivar Saudade - Capítulo 1 - Págs. 17 al 28

En negro y blanco

Ingreso: Marzo 7 de 2011

Han pasado apenas algunas semanas desde que Jacinto publicara una primera parte de la entrevista que le hiciera a Pedigrí,_ aquel demoledor de falaces, de contumaces y cultores de la onda prescriptiva que los “cuello y corbata” han adoptado como averno “light”, si quisiéramos identificarlo con alguna fórmula referencial que sintetice su inexpugnable fortaleza a prueba de sentinas_, y contrario a los cánones de toda estrategia de mercadeo de un ya sin dudas producto “Presidente” que a falta de la tan añorada ética parece mostrar ya los primeros indicios fehacientes de abdicación a todo método o forma equilibrada de contienda basada en la sensatez, o en todo caso, en un uso anticipado del remordimiento pre-perpetrativo como recurso último a las vedadas tentaciones de la artimaña y la confabulación que instiga el poder: los primeros resultados de tan particular forma de buscar conexión con ciertas conciencias reflexivas y verdaderamente injeridas de la sociedad, va tomando forma, desnudando ciertas aristas de optimismo todavía accesibles en ese lado sensible y solidario excesivamente pudoroso del ser humano.

“Cansados de tanta mezquindad política y de sus desvergonzadas estrategias de manipulación encarnadas en aquel torbellino pernicioso de la noticia que aleccionada a vender la imagen de estadista en el mas inepto de todos los candidatos cobra plena vigencia en los medios hoy…”, reza, sin intentar ocultar su gran decepción, una apreciación de estilo inconfundible que nos devela Pedigrí en su página web, de esa otra perspectiva respecto del nivel bajo al cual cierto sector importante de la prensa ha sido echado por el desmesurado apetito de poder de algún sector privilegiado de la sociedad, y un decepcionante afán de supervivencia de otro.

Cansados del desparpajo con el que una nueva forma de manipulación de conciencias pretende impregnarse en el cotidiano de la sociedad, una nueva y vigorosa generación de entes reflexivas, acaso simplemente rompientes de su silencio, decidió, en el más oportuno erguir silencioso de sus decibelios graduados para sí, demostrar que podía y debía haber lugar para un quiebre del orden de cosas aparentemente hecho al molde y confort de la desvergüenza y la indiferencia como cómplices de la debacle moral en la que ha caído la política y sus arrabales, y con ellos su propio futuro. En acto masivo sin precedentes y muy lisonjeramente pareciendo contradecir las teorías añejas poco optimistas respecto de una juventud actual basada en una ligereza y banalidad de su óptica de vida, tomada desde el vientre al azar de algún misterioso “tris” vertiginoso que los ha mecido abruptamente, migra de pronto sus inconmensurables miradas en parvada hacia el blog de Jacinto advirtiendo, que había que rescatar su voz de entre la disipación de sus propios “yos” prescindidos como requisito esencial para exorcizar al destino de sus cadenas, mucho antes de intentar hacer lo propio desde cierta charlatanería barata que tiene descaradamente crucificado su nombre en el palo más alto de sus proscenios portátiles, y a su voz, entre las mazmorras retóricas de la mentira y la promesa mal habida. Pero hacerlo como han decidido hacerlo es quizá lo más trascendental de su logro, sin perder la ecuanimidad, ni aquel verdadero principio en el cual toda expresión debe basar su integridad: la fidelidad e independencia con la que su voz no solo llegue, sino, sea plausible de ser escuchada por su interlocutor.

A falta de la tan resistida lista de seguidores que el común de blogs y sitios web se plantea como fuente de sintonía y pervivencia, y aceptémoslo, algún grado nada despreciable de vanidad natural necesaria para llamar la atención del ser humano, y dado que el instigador del proyecto, o inspirador_ dependiendo de la óptica con la que se le mire_, basa estrictamente los resultados a sus teorías e hipótesis en el debate que genera en la sociedad, más no en un contacto directo con ella: un “mail” casi olvidado a falta de uso, ad portas ya de la consunción total por un nivel empático emisor-receptor más bien fiel a los principios de la idea como ente de lectura, interpretación y asimilación, y aquel tan resistido debate interiorizado intenso que es hasta donde pretende llegar Jacinto con su narrativa, comenzó de improviso a respirar hondo, pleno de la simpleza y contundencia de un enfático como escueto ¡A que sí! que como un desinhibido rosario de optimismo, des-eslabonaba esta vez en forma de pirámide sus pequeñas esferas en la estafeta.

Pretenden mostrar su adhesión hacia un concepto tan desprestigiado por la antropofagia política como era el principio ético compendiado en el mensaje de aquel Pedigrí capaz de caerle pesado al rey de la tolerancia, a quien, si algo le era irrefutable era la crudeza con la que exponía una realidad como la política que si alguna sinceridad podía serle achacada, era la más pura de las hipocresías con la que a pesar del enorme desprestigio del que goza en términos promediales, se daba maña_ apelando a la teoría de la amnesia secular y divina_, de jugar al tire y afloje de la soga con esa misma población que seguramente, una vez más, cuando el juego terminara volvería a desear muy sinceramente jugar a la soga con ellos, pero esta vez sobre el cadalso, poniendo en evidencia, tal como recalcaba el propio Pedigrí refiriéndose a la mayor de sus debilidades: “no ver a la política como ella se merece, en blanco y negro, de modo que no nos ponga el ojo morado cada vez que a sus discípulos se les antoje. La reticencia de la insatisfacción que nos da el derecho a renegar de las alternativas cuando estas se plantean amañadas. Reticencias y no dudas. Reticencias de los que tienen las ideas claras; dudas de los que han aprendido que entre un ¡No! definitivo o un ¡Si! enfático hay un ¡Pero! ambiguo y límbico que puede resultarles muy útil y conveniente”.

“Hoy, con todas las técnicas de mercadeo mostrando su lado más descarnado de manejo seudo-monopolizado de imágenes_ sigue la agreste crítica de Pedigrí_ , las tendencias las hacen quienes tienen el poder de decir lo mismo desde diversas tribunas; con sus interpretaciones sesgadas de respaldo popular en las cuales han sido inmersas algunas de las candidaturas; o tratando de vender conveniencias o inconveniencias cuando de defender una consigna se trata, aún a costa de perder un prestigio, al parecer menos trascendente del que se pretendía inspirar en los anales, garabateados a tiempo por ellos mismos”, esto en franca alusión a un sospechoso manejo de la información de un grupo periodístico encabezado por el diario “El Decano” y no menos de una decena de medios, entre hablados y escritos que, perdiendo toda compostura ética se han lanzado en una aventura abiertamente parcializada cuyo desenlace de seguro más de una desventura habrá de depararles, si, como pronostica el propio cancerbero en su página web, “…no habrán sorpresas cuando las verdaderas encuestas hablen y más de un imperio se desmorone... Y si hemos de hablar en su propio idioma, de las sorpresas y de las decepciones de una lid que apenas comenzando ya se muestra de manera macilenta e infeliz, por decir menos, no parece raro sin embargo que ambas variables sean aglutinadas en una misma categoría, pues la sorpresa se dará precisamente con una inmensa decepción que irá más allá del simple rubor: un tintineo agudo e interminable en el tímpano del titiritero que acaso ni el tiempo ni el silencio cure esta vez”.

“Con las máscaras caídas quienes alguna vez ostentaron alguna posición preocupada y prudente de las anomalías de un poder que no cesaba en su pretensión de consolidar aquel dicho popular que alude al ladrón de cuello y corbata y a sus fechorías de empobrecimiento moral, económico y de idoneidad del recurso humano, cuyo cénit del descaro y ennegrecimiento institucional se instaurara en los 90s: cumplido su noble papel en la recuperación de una democracia que aun con todas sus limitaciones y utopías, sigue siendo sinónimo e inspiración de libertad y diversidad: lenta pero irreversiblemente aquel rostro de ‘sector influyente’ de una sociedad capitalina profundamente centralista, fue adquiriendo los matices humanos propios de la conformidad y ausencia de ideales mancomunados identificativos”.

“Sus hoy numerosos tentáculos nacidos producto de la desproporción de fuerzas en su lucha contra un régimen totalitario y sus pretensiones de perpetuarse en el poder, y alguna vez implacables atinaron a señalar las empalizadas afincadas en aquellos ojos ajenos a toda regla ética y moral de los manejos públicos y privados: poco a poco comenzaron a flaquear a partir de la reciedumbre y sensibilidad natural de su ahora dedo índice banalizado y tartamudo que muestra por primera vez una desesperación por mantener un estatus perdido para cuyo propósito no tiene reparos en poner en riesgo sus propias aspiraciones; ajeno y flácido ya a aquella voluntad a prueba de balas capaz de inspirar el verdadero proceder hacia un mundo mejor; libre de ataduras, de mordazas y de sojuzgamientos, vinieran estas de donde vinieran; osando, en el más banal y ruin de los descaros que como una tentación nos ofrece el diario acontecer político, cual si fuéramos marionetas o sonámbulos en total orfandad de ideales propios: señalarnos, cual el más vomitivo de los bolos alimenticios ajenamente masticados, aquello que más conviene a nuestro paladar ya amargado por tanta falsedad y ausencia de mística de tanto ‘avistador‘ de tierras vírgenes…”

”…lo peor de todo, sin escatimar un milímetro en hacer uso de métodos vedados de destrucción antagónica que tanto despotricaron antes y tanta adhesión mereciera su esfuerzo. Olvidando, que era la búsqueda de diversidad de puntos de vista la que una vez los empujara a enfrentar a la parafernalia mafiosa de la información a través de la cual, ¡Oh ironías del destino!, se podían fabricar imágenes en el subconsciente de la población. Quien podría imaginar que entonces hiciera falta husmear un poquitín por si algún olor a guisado amortiguado por la emoción del honor de defender el honor, intentaba quizás decirnos algo con su acento a habas avinagradas atenuadas en el ambiente”.

Y los candidatos. Ah los candidatos no podían escapar al tinte agrio de Pedigrí. Ahora entendía Jacinto porqué en estas épocas eran el centro de las hilaridades tanto de humoristas como de caricaturistas. “A puertas ya del proceso eleccionario, si algo cobra relieve en ellos ya repartidos entre sus semicírculos porcentuales de sus gráficos de poder, todos teóricos y rebatibles felizmente, es la fragilidad con la que exponían su grado porcentual más ingenuo y embustero, lo que a simple mirada, inmune a los manejo de riendas de la prensa y sus sondeos de opinión, podía ser delatada sin que la gruesa costra de sus semblantes les impidiera darse cuenta. Para comenzar_ se preguntaba el suscrito_, ¿quien dijo que debían sonreír para la foto y que ello ayudaba a mejorar los conceptos suyos grabados en el hipo consciente de la sociedad? ¿Una mirada reflexiva, aunque sea fingida, no sería acaso menos hiriente, en especial de aquellos rostros reincididos?”, acotaba con ironía Pedigrí refiriéndose a aquel bosque de carteles que con sus lemas y poses teatrales han inundado la ciudad.

Entre los más ‘agasajados’ estaba “…el impetuoso aspirante a cosmopolita, amante de las frivolidades, el buen trago, la buena comida y de entremés, alguna que otra historia producto de su gran capacidad inventiva con que suele matizar sus tertulias_ decía, refiriéndose al candidato Enrique Alejo_. Su cara de “cholo” que alguna vez sirviera para crear cierto grado de esperanza en un pueblo que apenas salía de uno de los regímenes intolerantes más corruptos de la historia política mundial, muestra en el grueso ‘carán’ de su rostro _aludiendo a la denominación dada en las serranías a la gruesa piel del porcino, una vez seca_, curtido por la praxis del ‘canchero’_ experto_, la típica caricatura de político aprovechador de las circunstancias, aunque con doble reproche, al tener unos rasgos de consanguinidad que ya dejaron de inspirar credibilidad e identificación con los estratos más olvidados aunque su demagogia pretenda encender a partir de ciertas clases dominantes, alguna pasión ingenua presumiblemente remanente a su gestión anterior. Tan demasiado poco para un pretendido aspirante a repetir el plato, con un activo en rojo pleno de controversias y de torpezas, por decir menos, que su pulpesca plataforma de campaña parece olvidar cuando lo defiende a capa y espada; cuando critica a todos y evita con descaro el suyo. Es todo un campeón de la ‘guerra sucia’. Es de los que creen que hay que asestar el golpe mortal al contendor de mayor aceptación ponderada sin importar si aquello pueda resentir el proceso y exponerlo al peligro de lacras perniciosas que están al acecho del más mínimo error personalista como el que estamos acostumbrados en un tipo de políticos anodinos al cual el representa”.

“Si alguna cualidad le podemos reconocer_ continúa Pedigrí en su extensa crítica al candidato de supuesta “mayor aceptación” en el supuesto concierto popular_, diremos que ha engatusado a los in-engatusables, exponiendo, con su poco significado en la escena política, una vulnerabilidad en ellos que acaso les cueste un grado significativo de dispersión que a estas alturas ya había alcanzado límites de impresencia injustificables, en un espectro demasiado azuzado por los anti-reforma, que odian, u odiaban, precisamente su poca torpeza en sus decisiones… Hoy, lamentablemente_ sigue la nota_, haciendo gala de esa y otras torpezas como la de no condenar la antitética artimaña de la ‘guerra sucia’, han decidido asirse a la soga menos firme de la serie, aunque claro, el timbre de voz de su aparato propagandístico en un exagerado arranque de optimismo manipulador, diga lo contrario; no por ese carácter tan escaso que redunda en una ausencia crónica de estadistas provistos de serenidad y buen juicio para gobernar de espaldas al miedo y el prejuicio del común de los mortales; no por la credibilidad que suele exponer un carácter bien labrado y bien aplicado, hasta hoy también ausentes: sí por aquella nefasta mayoría de decibeles con las que el cuentista barullero y sus ‘desesqueletizados’ tentáculos pretenden hacernos creer ser lo que no es, pero que como el globo que sostienen en los labios deben cuidar que no les reviente en la cara…”

“…La caperucita de ébano_ dice aludiendo a Kika Montenegro otra de las supuestas candidatas de mayor aceptación_, fiel a los ‘principios’ de la opción que representa; la de los ‘cuello y corbata’ más avezados aludidos en el acápite anterior; pues caras más, caras menos, el fino satén extra large con el que pretende ocultar los enormes forados de su lencería dejados por su padre y su pareja de fechorías el entonces ‘gavilán siamés’, ha dejado traslucir al fin aquel viejo arsenal amañado de contubernios y fraudes con los que entre ‘gallos y medianoche’ juntos escribieran el capítulo más negro de la historia del país... La irrupción en la campaña del inefable ‘rapaz’ tratando de corroborar la vieja teoría de enemistad con la ahora candidata, solo ratifica un intento desesperado por librar a la hija del socio, de aquel estigma que la persigue y la perseguirá por siempre en tanto no aclare en los tribunales los supuestos beneficios recibidos de éste, y por supuesto hacer los méritos suficientes para reclamar el mismo trato cuando acogiéndose a alguna ‘verdadera interpretación de las leyes’ con la que alguna vez se pretendió manipular la Constitución, el viejo dictador sea librado de las penas por las que fuera juzgado y encarcelado…”

“…y no deja de sorprender la nueva moral que ha adquirido ‘El grupo’. En el más desvergonzado de los descaros, sabedor de las flacuras de aceptación de su patrocinado, ha decidido darle un ‘impulsito’ con el tema de la enemistad con el socio del padre, a su otrora adversaria más antagónica, a sabiendas de que en una supuesta segunda vuelta, su candidato Alejo no resistirá a un verdadero adversario. ¡Oh ironías del destino!, diríamos nuevamente. ¡Oh cochinadas del perogrullo!, diríamos mejor…”

“No hay mucho más que hablar de la caperucita de los lobos de antaño que entre la penumbra de los arrabales acechan con sus ojos en el máximo del esplendor refulgente; queriendo devorarse los rastros que va dejando esta a su salida del bosque enmarañado. Ella se debate entre la deuda que tanto a lobos como a cazadores tiene, por eso cada aparición suya será, siempre que haya bruma suficiente, un salir a echar una ojeada a ver si algún cazador desvió su atención, pero también, un empujón tosco sobre sus espaldas cada vez que algún sentimiento de culpa retraiga sus pasos dubitativos. Con su mirada de hija amorosa que todos sabemos es en el fondo discriminatoria, aunque mucho se empeñe en irradiar lo contrario, un cesto lleno de carne fresca cuyo único destino parece reservado a prepararle la sopa al padre, comienza ya a hacer sentir los efectos del clima veraniego mientras la manada de lobos, por primera vez guardando las composturas en la más planeada de las estrategias de caza, hace jugos entre dientes en tanto lucha con denuedo por mantener las garras contraídas”.

“Está también el silencioso, quizás el menos caricaturesco de todo el enjambre_ dice refiriéndose a Pedro Napolitano, un tercer candidato que ha merecido su atención_, pues sobreponiéndose a la promesa incumplida o la ficción proverbial del político cotidiano que suele castigar con desprecio tamañas osadías, un sinfín de obras de muy buena envergadura marca cierta diferencia con el enjambre al grado de exacerbar envidias y celos en un ilusorio político hasta hoy jamás logrado, pero de cuyo potencial, tal parece el propio Napolitano no alcanzara a ser consciente. Aún con el arsenal conspirativo de la campaña electoral reciente, liderada por “El grupo”, no es difícil advertir lo artificioso del freno editorial que le impide acceder a ese primer lugar con el que el pueblo consciente suele premiar a los vapuleados injustamente, pero acaso sea el mismo quien deba asumir el riesgo, diciendo en su propio lenguaje, aquello que otros han aprendido a decir por el. La estrategia del silencio solo puede ser preeminente cuando hay en curso una contra ofensiva serena y cuidadosamente hilvanada, por eso la importancia de lectura de experiencias anteriores”.

"En política_ dice al final de su crítica, Pedigrí_, y eso deberían tomar nota quienes se rasgan las vestiduras porque son supuestamente incomprendidos a causa de la imagen que de ellos se vende los medios, hace falta una reforma personal de conciencia. La credibilidad, frase favorita de tanto mitómano de la palabra, solo se implanta o re-implanta aunque suene a trabalenguas, precisamente devolviéndole el lugar que le corresponde en el cotidiano a través de tres acciones perdidas a reconsiderar. El afán de servicio, al pueblo que lo eligió y no al partidario o al amigo de manera ex profesa. Un ansia latente de cambiar la realidad que denote un estilo diferente de hacer política al margen del conservadurismo de ciertos grupos ‘dominantes’ que no ven con buenos ojos el poder de la innovación. Finalmente, la extirpación de la demagogia de todo léxico habitual, en otras palabras, no ser mentiroso. Todo esto, siempre y cuando, el sujeto en experimentación tenga otras tres cualidades igual de difíciles de hallar en una misma persona, por eso el supuesto optativo del ciudadano común y corriente a ser representado por alguien hipotéticamente superior a el mismo; alguien que linde con lo extraordinario".

"Carácter, aquella antítesis de la pusilanimidad, primero para renunciar a todo lo que contradiga a los tres requisitos antes aludidos, segundo para comprarse el pleito entre tanto nostálgico que de seguro hará oír su voz en forma de desacreditación en defensa del privilegio; y tercero para salvar los escollos propios de los desafíos en los que se halle sumido. Creatividad; de que vale el carácter si para lo que va a servir es para mantener un orden de cosas ausente de imaginación en la solución de problemas estructurales que en esencia asolan a los más alejados del ámbito de irradiación centralizado que tiene nuestro sistema político. Cada problema debe tener una amplia gama de posibilidades de solución y no agotarse al primer intento. Todo tiene solución cuando hay creatividad suficiente. Y tercero, la voluntad. De nada sirve tener carácter y creatividad, si no hay esa voluntad para asumir el reto; si el carácter brinda la fortaleza para caminar seguro, la voluntad es el impulso necesario, es el juramento de no flaquear en el intento".

"Alguien dirá hay que pisar tierra esta es la configuración de un superhombre. Claro, eso sería en el supuesto de que tales cualidades fueran solo susceptibles de ser halladas en alguna galaxia lejana. Ahora, valdría la pena plantearse la pregunta, sin pecar de perfeccionistas: ¿Hay realmente en el panorama actual alguien que reúna o por lo menos intente acercarse a tales características? De ser así: ¿Está en ese supuesto primer lugar de las preferencias con el que se nos pretende hipnotizar a diario? Imbuidos en la vorágine de aquel descarado ‘Y todos los días’ del talentoso Piero que cobra plena vigencia hoy, nos preguntamos: ¿quien estará usurpando indignamente esa posición cuando su verdadero lugar no debería pasar del cuarto o quinto lugar de las preferencias?". Continuará…


Estación verde
Ingreso: Abril 10 de 2011

Es sábado, y por alguna razón que no alcanza a descifrar entre los largos minutos de silencio que empozan su mirada en algún inexistente lugar de la habitación, sin pensar aunque lo pareciera, tan solo poniendo en blanco su mente hasta dejarse envolver y transportar por la primera oleada de imágenes que con la suavidad del toque de una pluma sobre el lóbulo de su oreja rocen también con impredecible vendaval de ternura su atmósfera y limen imaginario entonces vulnerados: una extraña fuerza brotada desde las cuatro aristas del cajón más distante del ahora escritorio de quietas sombras_ quien sabe influenciada por los aromas hortícolas tan próximos del inicio de día domingo, día de la planta, de sus aromas a suelos jaspeados, a flores y a cortezas de otoño apenas mudadas_, sintiendo aquel escurridizo nombre de pila de tan manifiesta mujer causa inapelable de un destierro para nada consentido por su pequeño mundo arremolinado en torno de un escueto inicio de historia, con la sutileza de quien espera sin pretender figurar por siempre en la lista de espera, deja deslizar entre la vasta alfombra multicolor de su propio preámbulo al cual los enigmas de ilusión que parecen seguirla adonde fuera han sembrado de entresijos, una pista similar a las tantas que desde niña la propia fémina había aprendido a intercalar con sus tareas del huerto hallando en la diversión el mejor reconstituyente al tedio de no tener con quien alternar juegos, en tanto alguna hilera circunstancial de piedras que se mostraba misteriosa ante sus ojos, o una rama rota de algún viejo manzano, daba rienda suelta a su imaginación instándola a nombrarlo antes de develar su misterio oculto entre las malezas.

“Atrapados en la plenitud de la noche, cuando diéramos todo porque aquel amanecer evocado reflejado en aquel rayo primigenio y dorado de nuestras esperanzas que en la cúspide de la promesa más sincera nos muestre al fin en ese atravesar sereno de cortinas, aquellos incontables caminos que nuestros miedos más espantosos hicieran invisibles en el punto más vehemente de todas nuestras destrezas amainadas: Una vez más, como la víspera, y todas las vísperas de nuestros mañanas crepusculares será la fascinación, la obstinación y la resignación las que hagan de cada final de plegaria transigido, una nueva promesa, apenas comenzados a refulgir sus destellos dorados del nuevo día los cientos de aldabas soslayados por nuestra posesa mirada”, reza su encabezamiento calzado sobre el borrador luego de tantos ires y venires aunque aun así no lo siente del todo fiel al esquema que pretende modelar.

“Septiembre del año 2020 en la región administrativa de Aracatuba, estado de Sao Paulo, Brasil. Apenas a diez años de haberse iniciado la incorporación de los primeros buses abastecidos a hidrógeno en el mayor sistema híbrido de transporte metropolitano de Brasil, no solo la comunidad ecológica de este país, sede del Primer Congreso Mundial del Hidrógeno como medio de Locomoción Autónomo, vibra ante el lanzamiento oficial de la primera flota de buses de transporte masivo de pasajeros con un sistema de electrólisis incorporado en su sistema eléctrico. Es noticia trascendental el evento y no pasa desapercibida en otras latitudes del planeta, en especial entre los países adscritos a la Plataforma del Hidrógeno de la Unión Europea, un equivalente al proyecto sudamericano, cuyas delegaciones oficiales se hacen presentes por primera vez recibidas y ovacionadas amistosamente por bulliciosos grupos ecologistas a su salida del aeropuerto, un verdadero carnaval del cual difícil será abstraerse en una ciudad pequeña aun en el número de calles troncales que no suman más de siete.
Los pueblos sudamericanos quienes se sienten representados en ese reconocimiento mundial con esa lucha frontal concertada contra la deforestación y degradación de los suelos que paralelamente han cobrado relevancia en los últimos años en la región gracias a una fortuita coincidencia de gobernantes ‘verdes’_ entre los cuales se halla la primera presidenta mujer en la historia del Perú elegida el año 2016_, tampoco se quedan atrás relevando en sus agendas el tema amazónico y esa mayor reserva de agua dulce, oxígeno y especies de flora y fauna del planeta. Si bien en ellos cobra relieve la oportunidad de verse favorecidos con la implementación de la nueva tecnología en sus propios sistemas de transporte metropolitano masivo de sus cada vez más populosas ciudades, un deseo profundo de consolidar lo avanzado en el tema climático los motiva, tomando a la selva amazónica como distintivo en esa lucha desigual contra la contaminación en el mundo, tratando de exponer dos papeles importantes: la abstinencia a todo modelo de explotación de recursos extractivos lesivos para la subsistencia de humedales, pero también el papel retributivo de las economías contaminantes.


Cual el más voraz de los tiempos electorales, pero a diferencia suya también cuando se oye respirar consenso y sinceridad en las calles sobre una sola convicción y enfoque que ha volcado a la gente a caminar, cobra relieve esta vez entre los bosques de banderas que engalanan ventanas y parques del país, las fotos de algunos científicos en una explosión jubilar solo comparable a las tan inspiradoras fiestas patrias o a las no menos eufóricas comparsas carnavalescas de cuya fastuosidad y exuberancia, entre tantos otros motivos que inspiran sus entusiasmo a la hora de la celebración, hacen también gala los brasileños de ser los mejores, a tal punto que han logrado sacar a las calles por segunda vez en un mismo año a las escuelas de zamba más allá de las fronteras de Río de Janeiro.

Aunándose a un detalle que tampoco ha pasado desapercibido al hombre común y corriente de toda la región representada en el pueblo brasileño, la figura del Secretario General de Naciones Unidas, el coreano Sun Kim Park, artífice principal del giro en 180º que ha revolucionado la ONU en los últimos tiempos, tampoco ha pasado desapercibida. Aquellas modificaciones estatutarias logradas casi en postrimerías de su gestión cuyas prerrogativas, anacrónicas para los tiempos de paz que se respira lejanos ya de la infausta guerra fría, hacían de las decisiones tomadas por ese organismo profundamente in-democráticas al estar sobredimensionado el peso decisorio de algunos países en desmedro de las mayorías, van rindiendo los primeros frutos en el actual contexto que se vive en ese país sudamericano tan dinámico y funcional a la hora de dar rienda suelta a sus iniciativas individuales de búsqueda de fuentes alternativas a la quema de combustibles contaminantes tan auspiciosamente confrontadas desde la insubordinada incorporación del etanol como alternativa al irrestricto uso de combustibles fósiles en el mundo por parte de Brasil.

Por primera vez en la historia de ese organismo, la mayor de las partidas presupuestales para investigación jamás concedida esta vez a un equipo multinacional, daba los primeros frutos en una búsqueda por consolidar la tan anhelada economía del hidrógeno. Luego de una campaña feroz de desprestigio por parte de las otrora poderosas y dominantes firmas petroleras y de sistemas de motores a combustión convencional, solo la incursión agresiva en el debate de una sociedad cada vez más consciente e implicada en el tema climático lograría frenarla, cuando no, apocada grandemente por aquella intensidad cobrada por los fenómenos meteorológicos y su cada ves mayor grado de desastre de los últimos años, que los hiciera mirar desde lejos y martirizarse por todo lo invertido y dejado de invertir.

Amanhecer es un poblado rural con no mas de dos mil habitantes y menos de diez años de creación política a orillas del Río Tieté al noroeste de la Región Administrativa de Aracatuba, famosa por haber reforestado enormes extensiones de selva tropical aledañas a la zona de Florinea, antaño dedicadas al cultivo de caña de azúcar, materia prima del etanol, que ve así hecha realidad un sueño materno de devolver aunque sea de forma simbólica, la vida despojada a la selva. Se trata de una nueva red metropolitana que habrá de poner a prueba esta primera flota de autobuses 100 % autosostenible al haberse incorporado a exclusividad, una cadena de aprovisionamiento energético de fuente alternativa suministrada por los vientos del litoral tanto como el de biomasa para el abastecimiento del sistema de electrólisis así como para el de hidrógeno de las unidades de combustión interna cuya autonomía de propulsión cero emisiones es otro de los proyectos a ponerse en macha de manera masiva desde esta bella ciudad sede de la inusual conferencia, a la cual surte energía una serie de parques solares construidos a lo largo de las rutas principales de la red. Si bien los carteles y algunas pintas han alborotado la tranquilidad de un pueblo enteramente dedicado a la agricultura y la ganadería, esta vez son las canciones y no los lemas antagónicos los que acompañan las marchas de los activistas que han logrado rebasar sus endebles sistemas de hospedaje y alimentación, llenando sus alrededores de tiendas de campaña y ollas comunes que despiertan cierta nostalgia de la precariedad de sus inicios entre los habitantes del pueblo, en su mayoría compuesto por la unificación de pueblos nativos huidos de la desmesurada voracidad cafetera del Mato Groso y otros estados del país, quienes, contagiados por una euforia que también los alcanza ante el advenimiento de la modernidad, acuden a los visitantes con carnes, verduras y utensilios y accesorios de ingesta, y degesta que el municipio ha tenido que improvisar en escuelas, colegios y campos de esparcimiento.

En la ensoñación del despertar a ese 23 de septiembre al cual todos los visitantes ansían llegar como parte de un recorrido turístico más bien íntimo, está la exégesis de todo el simbolismo que el solo nombre de esta bella ciudad inspira como un mea culpa simbólico y una retribución al daño ecológico infringido en la Amazonía del cual el poblador brasileño es hoy consciente. Grandes espacios forestales nativos de áreas similares a la de los parques convencionales van siendo incorporados de manera emblemática al estético urbano de los nuevos centros urbanos _ tal cual fueron concebidos por la naturaleza_, como última frontera a la intrusión del hombre , lo que hace de cada mañana en Amanhecer aquel despertar surrealista teñido en verde fotosíntesis que todo amante de la naturaleza ansiara compartir con la tierra, el agua y el aire puro en su último aliento de vida, tan profusamente y libre de impuestos tal cual se manifiestan en pocos ambientes tropicales del planeta como este. “Feliz aquel que es capaz de percibir el tono cromático de la reconciliación_ reza alguno de los tantos afiches que ornan las paredes con su verde intenso y pulcro fondo blanco_ ; aquel verde existencia potestad de los que son capaces de sentir, cada mañana tras profundo aspirar de un aire aún con rezagos del sereno matinal, el rol cumplido por ese actor mas importante y mas relegado a la vez de la vida en el mundo: la naturaleza y su incondicionalidad, más allá de las complejidades de un organismo como el nuestro, de cuya precisión ni siquiera somos lo suficientemente conscientes, hasta que nos falla.

Con un nombre tan sugestivo, no hay lugar para la tristeza en Amanhecer. Aquel que por la naturaleza de la vida y sus avatares tocaba sentirse miserable en los tres días que habrá de durar la magna asamblea, es inevitable que no logre fruncir los ceños en medio de tanta jovialidad, y simplemente se dejen llevar por el jolgorio y el optimismo posponiendo sus tertulias con el destino para cuando el vendaval pase. Solo Eraldo que a sus 37 años por vez primera ha dejado su país, sentado al borde de una cama del O Quietude, uno de los pocos hoteles en los que abarrotados despertaron sus huéspedes la mañana del 22, si bien entusiasmado también_ como no estarlo ante un paso trascendental en una lucha que hasta hace apenas cinco años todavía parecía imposible_, toma un respiro antes de salir y envolverse en ese oleaje de entusiasmo que con talleres y exhibiciones preludian los acontecimientos del día siguiente. Sabe que algunos paisanos atenderán también al encuentro y espera hacer contacto con ellos.

<>, se pregunta mientras un inesperado aguacero se deja sentir en los tejados arremetiendo con fuerza sobre el gentío que se halla en las afueras del pequeño hotel el cual pronto se ve rebasado de gentes de todas las razas e idiomas, quienes deben ganar las escaleras y los estrechos pasadizos ante el atesto de gente en la pequeña sala de estar del estrecho edificio.

Han de ser cerca de las 4:00 p.m. cuando un leve murmullo melódico se cuela de entre los gruesos cristales de la puerta principal mientras Eraldo observa el implacable chasquido de aquel repentino baldeo de cielo que parece haberse propuesto retenerlo por lo que queda del día. Poco a poco las calles se han quedado desiertas convirtiendo sus cunetas en corrientes de agua que solo algún rezagado peatón se encarga de disturbar de su monotonía bullidora en tanto cruza de prisa hasta el lado opuesto de la acera, como la pareja de ancianos que hace su ingreso al hotel totalmente empapada y, anticipándose a los hechos, muy gentilmente la dama le ofrece a este el único paraguas que llevan consigo.

<>, le dice en un inglés con claro acento asiático mientras se saca el sobretodo que lleva puesto.

Sorprendido el hombre apenas atina a asentir con cortesía, pero justo cuando decide retornar a su habitación acobardado por la intensidad del aguacero, un leve movimiento de gentío que a unos cincuenta metros de distancia de donde se halla se asoma de cuando en cuando al parecer en busca de movilidad, en lo que parecen ser las puertas de un museo por el enorme tamaño y forma de arco de su pórtico, llama su atención.

<>, se dice pensando en la ceremonia de inauguración cuando, en un abrir abrupto de puertas centra todas las miradas tras de sí mientras la lluvia deja oír toda la violencia de su fuerza atenuada por el grueso blindaje de los cristales.

No puede más que congratularse cuando, ya en el interior del conservatorio, la fuente de emisión de aquella música honda al parecer apenas intuida por su decidida intención de salir se torna de pronto en caricias, tenues y cadentes caricias que en forma de notas musicales penetran sus poros hasta erizarlos todos por segunda vez en apenas segundos. Solo cuando el portero le pidiera la tarjeta de registro y asistencia al congreso pudo entender Eraldo que se hallaba en la propia sede de inauguración del evento, y aquel “Claro de luna” que ya ha logrado acallar el estrepitoso barullo del aguacero desatado afuera, era parte de los ensayos de una suerte de Sinfónica Global lograda reunir por los organizadores con motivo de esta justa especial que ajusta las piezas a interpretar durante la ceremonia.

Algunos asistentes formando pequeños grupos y uno que otro solitario sosegado son de los pocos privilegiados seres que confundidos entre las sombras del amplio auditorio se embeben de tanta pureza que revolotea entre los aromas a satén y madera nueva de los tapices de las butacas. Al frente juegan también preponderancia las luces que, tratando de encontrar los ángulos precisos, ora resaltando al grupo de vientos, ora al de cuerdas o al de coros, juegan sus círculos torpemente en distintos recorridos una y otra vez. Tan solo el director que luce una camisa blanca la cual resplandece al fulgor de las distintas proyecciones que deambulan en el escenario, mantiene un halo exclusivo sobre sí, cuyo único círculo amarillo parece también destacarlo entre el albor de los demás.

Si hay algo que llama la atención en los conciertos adonde la confluencia de ingentes cantidades de notas musicales exigen del oído su punto de concentración más alto, es la potestad y protagonismo que asumen otros sentidos en su misión de hallar ángulos variados desde donde captar señales no trabajadas en el disfrute del género expresado. Como la expresión en el rostro del intérprete que es en suma el espectro cadencioso individual similar al de un espectrograma en el cual el punto de vista emisivo capaz de dar una lectura más subjetiva de la pieza interpretada acaso más cercana a la idea de su creador puede ser captado y absorbido por el espectador de forma más legítima y lozana.

En medio de un enjambre melódico como el conformado para la ocasión, pareciera difícil reconocer a alguien en medio de aquella procesión de rostros por más que uno se empeñara en hacerlo, y más tratándose de ese juego de luces que no permite a los ojos asentarse en definitiva en sus objetivos. Excepto por aquella violinista que tal pareciera fuese la melodía la que a ella la interpretara; no parece vibrar ni en los ápices más refinados de su solo de violines que como espinas de púas almibaradas entrecruzan las respiraciones de los escasos espectadores hasta hacerlos escarapelar. Solo cierra sus ojos grandes y redondos de tanto en tanto mientras se envuelve en un vuelo mágico por los blancos edredones de ese propio cielo que se dibuja en su semblante en tanto aquel repentino buscador de señales que ha trocado su indagación de registros subjetivos por los fácticos, reniega cada vez que el de las luces cambia los conos lumínicos aquí y allá como si a propósito pretendiera hacer de su objetivo más imperceptible.

<>, se repite Eraldo en tanto el director clava las banderillas finales rumbo al eco terminal de la pieza, y aquella intempestiva mirada hacia el auditorio que parece querer traspasar y revolver todos los tonos cromáticos de su negror apenas atenuado por el refulgir de los conos lumínicos ahora estáticos, lo estremece, siendo salvado por un oportuno reparar de la penumbra en la cual se halla sumido.

Ya de vuelta en el hotel, recostado en el suave oscilar de los edredones de su cama, ya no hay lugar para la especulación, aquella imagen de ese par de ojos que parecían intentar atravesar los espesos follajes de su media luz hasta hacerlo desear enterrar la mirada tras las butacas, lo retrotraen hasta inicios de los años noventa allá en su tierra, cuando una institución privada auspiciada por unas ONG ambientalistas, con bastante reticencia ante los hechos políticos que comenzaban a suscitarse tras un inicio auspicioso de la administración en curso, lograban establecer las primeras baldosas de la que es hoy en día la más prestigiosa de las instituciones verdes en la región, la primera Escuela de Estudios Ambientales y Economía Sostenible, que sin muchas pretensiones por el ambiente poco efusivo que el tema merecía entonces y si con mucho esfuerzo y no pocas trabas que como organizaciones no gubernamentales merecían de parte del régimen político ya perturbado, tuviera que hacinarse casi a empellones en un pequeño edificio de apenas cinco pisos a las afueras de la ciudad. Si bien su condición de ONGs, los proscribía entonces, su propio prestigio como tales también evitaría su desahucio. Y sacando cuentas, ¡Oh coincidencia!, un día primaveral como esa mañana tan esperada para el inicio del congreso, rompía fuegos también aquella institución que daba inicio así a un poco practicable labrado de una vocación tenaz por la preservación de la vida en el planeta, también poco usual.

Y como olvidar esos ojos tan inconfundibles y aquella mirada mezcla de la más grande de las alegrías y del más intenso de los reproches con los que cada mañana parecían contarle toda una historia de devoción que él, abstraído como se encontraba en otras predilecciones más elementales, poco esfuerzo dedicaba en tratar de conocer. Aquel primer día y único en la cadena de acontecimientos en el cual era él quien observaba detenidamente mientras que ella distraída o simuladamente distraída no intentara siquiera cruzar miradas, era la única compensación a un sentimiento de culpa que entonces sintiera por algún plazo tiempo. Su pelo corto tenuemente ensortijado dejaba resaltar un cuello largo y delgado que parecía pretender pasar desapercibido entre los largos pliegues de cuello de camisa de color blanco que si bien, delicadamente encajaban sus colores a su atuendo guindo obscuro de un día todavía frío de inicios de primavera, haciendo resaltar con nitidez la naturalidad con la que sus facciones parecían renegar de cualquier uso artificial de maquillaje, apenas un par de microscópicos aretitos plateados que en forma de corazón pendían casi intrascendentes de sus orejas era lo único mundano al cual la naturalidad de su belleza daba acogida sin que ella toda se resintiera.

¡Oh recuerdos! que venían ahora a interrumpir un viaje de por sí ya lleno de nostalgia, en medio de aquel absorto en el cual se halla sumido, es el silencio de las ventanas y los techados los que desde el quinto piso en el cual se aloja cobran relevancia de pronto, invitándolo a echar una mirada hacia la calle sorprendido por el repentino cambio que el clima ha experimentado logrando mostrar en el último suspiro del día, el más bello atardecer jamás percibido, en cuyo panorama se pierden sus ojos sin advertir, aunque por ese divagar de sus ojos abajo en la vía transversal a la calle del museo se diría que lo presintiera, que alguien más ha coincidido el mismo objetivo haciendo detener un instante al taxi en el cual la familia entera se dispone a partir frente a la puerta del auditorio.

Una sombra de tristeza que intensa el tono blanco de su delgado semblante y el marido alcanza a descubrir pero calla, envuelve de pronto aquel momento de profusión que con tanta emoción había esperado ella desde que se enterara que había sido escogida entre tantos audicionantes para conformar la Sinfónica, solo las pequeñas hijas, una más parecida a la otra, que a ambos lados de la madre en el asiento posterior retozan jugando con las manos juegos que solo ellas pueden descifrar, parecen empeñadas en celebrar algo en medio una penumbra que toma control del atardecer.

La noche en Amanhecer sin embargo, en desmedro de algún lastimado farol que parpadea amenazando con dejar a obscuras alguna mínima porción de su resplandeciente anillo, cobraría la vitalidad que nunca en sus 10 años de creación el pueblo ha experimentado jamás, durante las horas restantes de ese día 22 previo al inicio del congreso. La estación principal que acoge a las cuatro rutas principales con las cuales se conectará a las ciudades más cercanas, abiertas libremente al servicio de los visitantes a partir de las 5:00 p.m., comenzaría a bullir estrepitosamente con las enormes colas cuyo alboroto a veces desordenado exigía mas de loesperado al personal de seguridad de la compañía. Todo, sin embargo, viéndose compensado con aquel silencio pactado entre pasajeros y ese momento cumbre de callado exhalar de vapores de agua con el que los tubos de escape de los acoplados saludaran a los visitantes cumpliéndoles uno de sus sueños mas anhelados.

Silencio solo comparable a aquel insoportable vacío que experimentará Amanhecer a partir de las 10 p.m. cuando, habiendo culminado el programa de inauguración, los visitantes que aún no hubieran sorbido de tan relajante experiencia del primer viaje por los recovecos de aquella sigilosa ruta del hidrógeno y sus baños de garúa sobre el pavimento, prolongarán su eco callado por algunas horas más en su búsqueda de relax allá camino hacia el centro de Aracatuba y sus noches de Ipanema, Paraíso y Saudade. Silencio que apenas será roto cuando en aquel despertar de inicio de un día tan esperado como ese inicio de primavera, canten al primer reflejo de sol, la tilapia y el pavo real bajo los acordes de un pintoresco joão-bobo que en la cima de un frondoso bambú, refleja sus tonos amarillos en los cristalinos "corregos" con los que el Tieté flanquea Amanhecer en cada despertar. ...Continuará