Cada vez que el frío, la ventisca y el trueno enardecen la soledad del camino, entre vados de polvo comienzan los espiros a ensayar una tonada. Le pone el recuerdo letras a los labios que escapan un susurro que el eco indiscreta. Y ya no más es uno el que trajina el escarpado. Y no más el frío, el viento y el trueno que escarapelan la piel estremecida. Muta el frío, y muta el viento y el estruendo en compases radiantes y silbidos de amentos, y sutil la lluvia recoge su garúa y espera.
No hay ninguna ley que prohíba embrutecer a la gente
martes, 14 de febrero de 2012
La fundamental hogaza ausente en la mesa efímera
En días tan especiales para el optimismo, en esa eterna y difícil búsqueda de re consideración y re composición espiritual del ser humano, acicate fundamental que impulsa y da razón de ser a este medio escrito, a decir, el Día de San Valentín y el de la "Solitariedad" cuya fecha me permito instaurar este 15 de febrero, a propósito de un término muy de usanza del maestro M.A. Denegri, que alude un grado de decidida espontaneidad al tema del abordaje de la siempre temida nave de la soledad: el tema "El fundamentalismo del poder. Una mesa servida para tres", que entre las pocas entradas al estilo tradicional acompañan seguramente con algo de acíbar en los labios al lector de este sitio, pasa a situación de borrador para, en la medida de lo posible, dedicarlo a temas más condecibles con el afecto y el ideal, sin embargo, este seguirá siempre a disposición del interesado en un blog más entonado con el tema: Oteoteca.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario